Atacalo

El mundo gira, cambia, avanza. lamentablemente no podemos detenerlo. Podríamos intentar aferrarnos a esos momentos que parecían mágicos, que tardaron tantos años en llegar y que se escurrieron frente a nuestros ojos en unos segundos, como simples espejismos.
Instantes que nos hicieron pensar que talvez no estábamos tan solas, que podíamos llegar ser importantes, que alguien nos podía entender. Esos que nos enseñaron a hablar, decir cosas no sabíamos como decir, ni a quien decir, esas cosas que llegamos incluso a pensar que a nadie le iban a importar. Esos momentos que dejaron atrás a niñas que gastaban lágrimas sin compartirlas y a ese yo solitario que se esforzaba por cumplirle al mundo.
Tal vez el mayor pecado es que nos acostumbramos al paraíso.
Duele haberlo vivido y verlo partir. Duele sentir que no puede volver.

No creo que sea necesario parar al mundo, talvez la solución es simplemente aprender a quererlo. No seria acaso más triste aun que lágrimas que añoran el pasado no dejen ver el futuro.
Ese paraíso no ha muerto.. Solo está cambiando, quizás las dificultades no hagan más que probar su fortaleza ¿las niñas acaso no estarían felices con lo q hay hoy?
Las cosas cambian, no hay duda, todo se ve difícil de superar, pero miremos unos segundos hacia atrás, ¿fue fácil en ese entonces? Está claro que no lo fue.
El haber vivido aquel paraíso te demuestra que es posible.
No quieres a las personas para echarlas de menos cuando no están, sino para saber que están ahí, aunque estén lejos.
La niña ya quedo atrás, todo gira, todo cambia, pero ciertas cosas llegaron para quedarse, lo aseguro.